Radar Covid: adibide praktikoa, apunte hau euskaraz
Tras pasar todo el día en casa, ayer por la tarde me fui a dar una vuelta. Volví a casa, me duché, cogí el teléfono móvil… y se encendió un aviso naranja en la aplicación Radar Covid.
El sábado había estado en contacto con alguien que había dado positivo.
¿Cuál fue la primera reacción? Ni caso, no le voy a hacer ni caso. Esa idea permaneció varios segundos en mi cabeza. Tras ese tiempo, una pregunta: entonces, ¿para qué has instalado la aplicación?
Ella te dice que te pongas en contacto con el teléfono correspondiente de la Comunidad Autónoma (en este caso, la Vasca). Llamé unas cinco veces hasta que conseguí que una persona me atendiera. Fue muy amable, por cierto. Le conté qué me había pasado y le dije que el sábado sólo salí a hacer unas compras en un supermercado cercano (500 metros). Diez minutos haciendo unas compras y otros diez esperando en la cola de la caja. Tras dejar todo en casa, salí yo solo a dar una pequeña vuelta por el barrio y no me encontré con nadie. En todo momento llevaba puesta la mascarilla quirúrgica.
Me preguntó cuál era mi centro de salud y añadió que en el plazo de 72 horas alguien del equipo de rastreo se pondría en contacto conmigo. Que mientras tanto permaneciera en casa aislado.
Afortunadamente, tenemos dos habitaciones y dos baños. Mi mujer y yo hicimos un reparto lógico y listo. Costó un poco más desenvolverse sin contacto alguno en la cocina.
Esta mañana he trabajado desde casa y a eso de las 12:00 del mediodía (unas 16 horas después de mi comunicación), me ha llamado un rastreador. Le he contado lo mismo que le conté a su compañera ayer.
Me ha tranquilizado y me ha dicho que la máquina registra contactos de hasta 2 metros, pero que si mantuve durante ese tiempo (unos 10 minutos) la mascarilla puesta, no hay por qué hacer la prueba PCR.
¿Por qué se activó el aparato? Me ha dado dos posibilidades: una, la del supermercado; dos, que no descartara que fuera algún vecino o vecina (las paredes no cuentan como distancia, pero son una protección robusta).
Varias cosas
1.- Decidí ayer contarlo en Twitter, porque pocas personas se creían que la app funcionara (yo tampoco las tenía todas conmigo). Como soy más bloguero que tuitero, hoy lo cuento aquí para documentarlo mejor.
2.- La máquina ha cumplido su parte, pero también las personas la nuestra. La persona que dio positivo y yo mismo teníamos instalada la aplicación, hemos mantenido el bluetooth activado y ella ha puesto en la app el código que le enviaron con la comunicación de su positivo. No sé quién es ella, ni ella tampoco sabe que ha estado conmigo.
3.- ¿Funciona el sistema? El sistema funciona. ¿En general? Ni idea. En mi caso sí. Y no es mala noticia.
4.- Esta mañana han estado en el programa Faktoria de Euskadi Irratia Jon Abril (ha perdido recientemente a su padre por la Covid), la enfermera Uxua Lazkanotegi y la responsable de un centro Olatz Etxabe. He escuchado camino de la playa de Ondarreta el diálogo conducido por Jone Larrañaga e Iñaki Guridi. Ternura y suavidad en las formas, pero muy crudo en el fondo. He dejado el enlace (es en euskera) debajo.
5.- Tenemos que proteger a las personas vulnerables, pero como decía Jon Abril al final de su intervención también hemos de proteger a las y los profesionales. Muchas y muchos están trabajando en condiciones muy duras.
6.- Apenas sé algo de ciencia (por no decir nada), pero me fío de determinadas personas y me gusta leer y escuchar lo que dicen: Miren Basaras, Ana Galarraga, Gorka Orive, Ugo Mayor, Juan Ignacio Pérez, Felix Zubia… Algunas de ellas están en la red del pajarito (las tengo en esta lista que he nombrado como Zientzia).
7.- Se apela a la libertad. No puedo hacer esto, no puedo hacer aquello. Sí, yo tampoco puedo dejar el coche delante de mi oficina. Ahora no deberíamos hablar de libertad porque creo que está por encima la salud pública. Dicho lo cual, no me gusta nada cómo ha crecido el pequeño policía que llevamos dentro y no entiendo por qué se pregunta a la Policía qué está prohibido y qué no. En mi mundo, esa no es su labor.
8.- Cada uno tiene su responsabilidad y queda clarísimo que hay que controlar y fiscalizar a nuestros dirigentes, entre otros motivos porque hay una falta de recursos notoria y problemas de organización lacerantes. Como me dijo un amigo médico: más que el sistema, son las personas (los profesionales sanitarios) las que están aguantando la salud.
9.- A partir de ahí, cuidémonos entre todos y actuemos con prudencia (iba a poner sentido común, pero no tenemos). No parece que esta pandemia vaya a desaparecer por arte de magia y sí que sabemos cuáles son las medidas a tomar para reducir el riesgo de contagio.
10.- Perdonen ustedes las meteduras de pata y quédense solo con lo bueno.
11.- Propina: sé que soy un privilegiado y que hay mucha gente que no tiene a mano las posibilidades que yo tengo.
Actualización del 28 de noviembre: ayer coincidí con un vecino en el ascensor y me contó que dio positivo el día 9. Le pregunté si tenía instalada la aplicación #RadarCOVID. Me dijo que sí. Misterio resuelto.
Subido originalmente al blog Pedradas en las Voces Amigas de Javier Ortiz: Radar Covid: un caso práctico.
No acabo de decidirme. Tras leerte igual doy el paso de instalarme la aplicación.