Puede que sea yo, pero a ver si somos capaces de dejar a un lado este ambiente fúnebre que nos rodea.
Hasiera bat (edo bi), apunte hau euskaraz
Y no voy a comenzar de manera demasiado animada: la última entrada del blog servía de despedida de dos personas cercanas.
Y aunque no ha pasado ni un mes de ello, he vuelto a hacer otra visita a un tanatorio. Y creo que este ha sido el momento más surrealista que he vivido en una situación así. Pero no puedo contar demasiado, porque no ha lugar sin que se alborote alguien cercano. Sí que voy a dejar por escrito que no he escuchado buenas palabras sobre la persona fallecida, aunque esos son momentos en los que olvidamos todo lo malo y nos acordamos únicamente de lo bueno. Pues ni por esas.
Como decía al principio, el día a día tiene un ambiente fúnebre que echa para atrás, y no sé cómo nos podremos quitar de encima ese tono. La dramática situación de Gaza no ayuda y cada vez se sienten más cerca los tambores de guerra. Sin olvidarnos de la crisis climática.
Por otro lado, comprobamos cómo diversas iniciativas e instituciones surgidas en las décadas de los 70 y de los 80 del siglo pasado comienzan a tambalearse. Y debemos prepararnos para ver cómo caen muchos proyectos (culturales, sociales, deportivos, laborales, en los barrios y en los pueblos) uno tras otro. Se acelerará lo vivido en la década del 2010.
Tengo un amigo que dice, y dice bien, que nos habíamos pensado que los derechos eran acumulativos. «Tengo estos derechos y son para siempre». Y está clarísimo que no es así. Porque los derechos hay que pelearlos continuamente, porque de lo contrario en cualquier momento en el que las cosas se tuerzan podemos perderlos.
La gente de mi edad veo que está bastante preocupada por la situación de Osakidetza. Lo que nos vendieron y en qué ha quedado todo. No hace falta más que pasarse por un ambulatorio cualquiera. Y esto sí que me preocupa especialmente.
Para quitarnos este sabor amargo, voy a dejar por aquí un par de proyectos de músicos vascos que se han publicado esta semana. Podía citar también muchas y buenas propuestas de músicas (mujeres) que han publicado sus trabajos este otoño. Pero esta semana han sido dos tíos los destacados.
Gorka Urbizu ha presentado su primer trabajo en solitario, Hasiera bat (Un inicio, en euskera). No he sido muy fan de Berri Txarrak y solamente los he visto un par de veces en directo. Eso sí, es un proyecto importante que tiene todos mis respetos.
El disco de Urbizu me está gustando mucho, aunque he tenido muy poco tiempo para conocerlo y escucharlo con la calma debida. Pero me da que va a dar que hablar. Por ahora acumula buenas críticas.
Juantxo Arakama, cantante de la banda Glaukoma, ha firmado como Monsieur Le Crêpe una canción de ocho minutos. Me deja estupefacto la capacidad de Juantxo de rimar a esa velocidad con ese estilo tan zumbón y cabrón.
Echadle un ojo al video y escuchad, a ser posible, con los auriculares puestos.