A la vuelta de Semana Santa, un amigo me envió una notificación por mensajería para informarme de una charla el día 2 de mayo. Me sonaba el nombre de Antonio Turiel, pero no sabía mucho más de él.
El 2 de mayo no pude ir a la conferencia y he visto que juntó a 300 personas en Ulia, no precisamente en el centro de Donostia, lo cual no está nada mal. El vídeo de su intervención está disponible en Youtube.
También estuvo en Zumaia y Azpeitia, según ha contado Turiel en su blog.
Aprovechando la visita, la revista Argia ha publicado esta semana la entrevista que le hizo Urko Apaolaza Avila. Traduzco a continuación las palabras de este físico e investigador del CSIC, experto en temas energéticos.
Antonio Turiel: «Debemos reducir un 80% el consumo energético las próximas décadas»
Urko Apaolaza: ¿A qué te refieres cuando hablas de gran descenso?
Antonio Turiel: Es la época en la que estamos entrando, el consumo de energía irá descendiendo necesariamente las próximas décadas. Es un proceso conocido y no hay solución técnica. Como consecuencia del agotamiento de los combustibles fósiles, la producción ha comenzado a bajar, a veces más lentamente, otras de manera más rápida.
Urko Apaolaza: ¿Cuándo hemos llegado al denominado peak oil?
Antonio Turiel: Si hablamos del auténtico petróleo, del petróleo crudo convencional, todo esto comenzó en el 2005. Entonces se producían 70 millones de barriles diarios, y hoy se producen 60. Para compensar esa pérdida, introdujeron el petróleo no convencional, fracking y derivados. Con ello hemos conseguido retrasar el pico de todo el petróleo hasta noviembre de 2018, pero desde entonces se ha reducido un 3,1% y la previsión es que continúe así. La Agencia Internacional de la Energía y la OPEP han reconocido que el descenso continuará hasta el año 2030.
Urko Apaolaza: Pero, ¿de qué estamos hablando: de una gran caída o de un descenso prolongado en el tiempo?
Antonio Turiel: De ambas cosas. La caída será importante, pero vendrá poco a poco. Durará décadas, y cuando el proceso finalice nos daremos cuenta de que habremos bajado un 80%. Lo que sucede es que esta década es crítica, porque hay un punto de inflexión y porque se verá que las políticas de siempre no funcionan; que lo único que hacen es agravar la situación. Esto es algo que ya está sucediendo, porque el reparto no es homogéneo; en Sri Lanka, por ejemplo, se está notando mucho más.
Urko Apaolaza: Por tanto, en este caso también habrá diferencias entre los países.
Antonio Turiel: Sí, y Europa no es la mejor colocada. Por eso ha hecho su apuesta tan desesperada en pro de la energía verde, con la esperanza de que encontraremos otros recursos. Ese discurso es una tontería. El carbón ha tocado techo, el gas está a punto de hacerlo y el uranio se está cayendo de arriba abajo… Pero es el petróleo el que está en la base, y especialmente una cosa muy negra llamada diesel.
Urko Apaolaza: En tu libro Petrocalipsis dices que se ve el petróleo como algo “mágico”, algo con mucha energía en su interior. ¿Pretendemos sustituir esa magia con la fusión, el hidrógeno verde y demás?
Antonio Turiel: El carbón también posee mucha energía. Pero el petróleo es líquido, y fácil de llevar. Estamos acostumbrados a que las cosas se muevan rápido. En Petrocalipsis hago esta comparación: ¿sabes cuánta energía hay en un litro de gasolina? Tanto como la que crea una persona sana trabajando durante 108 horas. Con un litro de gasolina, un coche normal recorre 10 o 15 kilómetros… Imagínate a ti mismo empujando ese coche.
Antes me has citado el hidrógeno. No es una fuente de energía, es un vector. No tiene la densidad energética del petróleo ni mucho menos. Ha de comprimirse para su uso en las máquinas y enfriarse a -40 grados; las pérdidas que tiene en la producción y en la transformación son tremendas y, finalmente, trabaja seis veces menos que el petróleo para su uso en un automóvil. Es una mierda. Nos hemos habituado a creer que los combustibles de gran densidad energética son la norma, pero son algo excepcional.
Urko Apaolaza: ¿Qué está pasando con el diésel? ¿Por qué es tan especial?
Antonio Turiel: El diésel es la sangre del sistema. Los camiones, la maquinaria pesada, las excavadoras, el transporte minero… todo ello se mueve con diésel. Y como el resto de combustibles no son tan buenos como el diésel, es el que más está cayendo. Tocó techo en el 2015, y tuvo altibajos hasta el 2018, pero ahora ha caído un 15% y la cosa va a peor. Les está afectando mucho al transporte y a la minería; pero lo que nos tiene que preocupar es lo que está sucediendo con la agricultura, porque la escasez de diésel ha encarecido la producción agrícola y hay menos sustancias fertilizantes. Añade a eso la sequía… No sé cómo estáis aquí, pero en Cataluña, en Figueres, que es donde yo vivo, ya hemos empezado con los cortes de agua.

Urko Apaolaza: Hablas con frecuencia de racionamiento. ¿Es eso lo que viene?
Antonio Turiel: Aunque no se quiera hablar de ello, los gobiernos están tomando medidas en esa línea. En julio se acordó en Europa una reducción del 15% del consumo de gas. Se logró la reducción debido al parón industrial; por ejemplo, en Valencia cerró un buen número de empresas de ladrillo, cerámica y vidrio que usan gas. Luego, en septiembre, acordaron la reducción del 10% del consumo eléctrico, y se ha logrado por las mismas razones. Imagino que al ser el País Vasco una zona industrializada también se habrá notado; al menos en Europa el parón industrial ha sido enorme. Y ahora la Comisión Europea ha propuesto otra reducción del 11,3% hasta el año 2030. Algunos países están tomando medidas muy duras: en Francia dicen que tienen que bajar el consumo energético un 10% para el 2025; en el caso alemán están debatiendo una ley para reducir el consumo un 26,5%… Son cifras tremendas y tendrán consecuencias económicas. Todas esas medidas, básicamente, son racionamientos.
Urko Apaolaza: Por no hablar de decrecimiento…
Antonio Turiel: No usan el término decrecimiento porque es tabú. Las presentan como medidas técnicas y eso a mí es lo que más rabia me da. Si regulas por ley y obligas a este tipo de reducciones, estás fijando un plan de racionamiento. Estás diciendo quién puede consumir y cuánto puede consumir. Y si repartes el consumo proporcionalmente, eso quiere decir que todas las cosas tienen la misma importancia para ti. Ahí hay una visión de la sociedad, un modelo político. Es muy importante entender que todos los racionamientos tiene carácter político. Al final tendrás que tomar decisiones de este tipo: ¿qué es más importante: la tienda de barrio o Amazon?
Urko Apaolaza: Has apuntado que al final deberemos reducir el consumo un 80%. ¿La parte que nos queda ha de ser renovable?
Antonio Turiel: Necesariamente. Pero el modelo que están proponiendo para la transición de las renovables, la llamada REI (Renovable Eléctrica Industrial), tiene algunas limitaciones. Una de ellas es que hay un máximo de energía utilizable. No sabemos cuánto es, se está discutiendo, pero ahora vemos que, al poner más aerogeneradores en el Mar del Norte, la potencia eólica ha bajado un 20%, porque interactúan.
Urko Apaolaza: ¿Qué quiere decir eso? ¿Que también gastamos aire?
Antonio Turiel: Que la energía del viento es limitada. Cuando colocas muchos molinos, pueden crear un efecto bosque. Y si el aire no consigue traspasar el bosque, ¿qué hace? Lo rodea. De todas maneras, esa no es la limitación más grave, porque todavía tiene la posibilidad de producir mucha energía.
Urko Apaolaza: ¿Qué más limitaciones tienen las renovables?
Antonio Turiel: En primer lugar, la falta de material. Se utilizan muchos materiales y no hay suficiente para que todo el planeta haga la transición. Y es importante que lo haga todo el planeta -no solo Estados Unidos, Europa y Japón, tal y como fomenta la Agencia Internacional de la Energía-, porque si los países que nos suministran esos materiales se van a pique, no sé de dónde vamos a sacar el litio, el cobalto y todo lo demás. Además, esos sistemas tiene un ciclo de vida, y cuando acabe deberán ser sustituidos por nuevos materiales.
Urko Apaolaza: En el País Vasco hay una discusión sobre este boom de los parques eólicos. Nos dicen que los molinos actuales son mayores pero más eficientes, que ocuparán menos suelo…
Antonio Turiel: Aquí hay muchas promesas y pocos hechos. Las renovables tienen otro problema grave: por el momento, nadie ha construido un aerogenerador o una placa fotovoltaica sin usar combustible para ello. Muchos autores señalan que no son más que prolongación de los combustibles fósiles. Y eso afecta a las compañías que crear aerogeneradores. Las cinco compañías mayores del mundo tuvieron grandes pérdidas el pasado año: Vestas perdió 1.500 millones de dólares, Siemens-Gamesa 2.000 millones de dólares… Tienen problemas con el aluminio y con el acero, porque el material llega tarde o no lo hace en cantidad suficiente.
Urko Apaolaza: ¿Y cómo se sostienen?
Antonio Turiel: Por ahora están financiadas por los bancos, pero claro, les pedirán un plan de viabilidad, y la mayoría de esas empresas finalmente quebrarán. Estamos creando gigantes con pies de barro. Una parte de las pérdidas del año pasado fue porque reventaron varios aerogeneradores de 5 MW. No fueron muchos, quizás un 0,05%, pero no esperaban esos fallos y tuvieron que revisar todos los aerogeneradores. Están desesperados. El otro día estuve con una persona que trabaja en Vestas y me dijo que no saben qué hacer. Hablan de que construirán monstruos de 10 y 15 MW, pero aún no han dominado la ingeniería de 5 MW. Es parte de la típica huida hacia adelante del capitalismo.
Urko Apaolaza: Me estoy acordando del hormigón, y de que no sabemos cuánto durará.
Antonio Turiel: El hormigón armado también se va al garete, pero eso te lo explicará mejor Antonio Aretxabala.
Urko Apaolaza: Nuestros responsables políticos hablan de que tendremos más soberanía energética con las infraestructuras renovables.
Antonio Turiel: El argumento de la soberanía energética también se utiliza en Cataluña. ¿Pero cómo conseguirán ese milagro? Únicamente el 20% de la energía que consumimos llega a través de la electricidad, porque es imposible electrificar una parte de la energía. Además, es paradójico: el consumo eléctrico se está reduciendo desde el 2008. Estamos poniendo un montón de sistemas eléctricos, cuando la electricidad nos sobra.
Urko Apaolaza: ¿Y por qué se está reduciendo el consumo eléctrico?
Antonio Turiel: Sobre todo por las deslocalizaciones, son las empresas las principales consumidoras de electricidad. También ha mejorado el rendimiento, pero, por contra, ha subido el consumo doméstico. Se le llama la paradoja de Jevons: si creas sistemas más eficientes para aprovechar la energía, por ejemplo las luces LED, en vez de poner menos, finalmente pones más luces.
Urko Apaolaza: Con la tecnología actual, ¿no se le puede dar otro uso a esa electricidad?
Antonio Turiel: ¿Cuáles son esas tecnologías? ¿El coche eléctrico? La gente cada vez cree menos en ello, porque ya se ha visto lo que pide: es muy caro, su rendimiento es bajo, y tal como sucede con las renovables, tiene una dependencia de materiales muy escasos (litio, manganeso, cobalto, níquel…). No puedes fabricar en el planeta 1.400 millones de coches eléctricos, el número actual de los motores de combustión. Está claro que el coche es algo que estará a disposición de una minoría.
Urko Apaolaza: ¿Cuál crees que será la movilidad del futuro?
Antonio Turiel: Hicimos un congreso internacional en Sitges, hablamos en catalán pero te prometo que era internacional… [risas]. En una mesa redonda hablamos con el director de la Autoridad del Transporte Metropolitano de Barcelona y con varios miembros de empresas diferentes. Tienen claro que el modelo del futuro consistirá en ofrecer servicios de movilidad. La gente no tendrá coche, echará mano del car sharing y alquileres similares. Se dice que el coche se pasa el 96% del tiempo aparcado y que ocupa mucho sitio. El futuro será una mezcla de ese tipo de servicios y del transporte público. Y las compañías automovilísticas se están preparando para ello.
Urko Apaolaza: Aquí, en Iruñea, Volkswagen ha hecho público que fabricará coches eléctricos.
Antonio Turiel: Porque esto se está acabando. La industria automovilística sabe que se verá reducida. Dicen que saldrán de la bolsa, porque se siente penalizada, y que irán directamente a por inversores privados. Pero lo que están reconociendo es que sus necesidades de capital serán menores. Un experto que escribe en mi blog afirmó que el plan A de esas compañías es la fabricación masiva de coches eléctricos, y que el plan B es una reducción del 95%. Vamos hacia ahí.
Urko Apaolaza: Ante la crisis energética, has dejado claro que no hay salida técnica. ¿Puede que haya salida sociológica?
Antonio Turiel: Totalmente. Tenemos que hacer un cambio. Hay estudios científicos que dicen que podemos mantener el actual nivel de vida con la décima parte de lo que consumimos. Se necesita un modelo de vida diferente, pero con el mismo o mejor nivel de alimentación, educación, salud y trabajo. Y en todo el planeta. Pero entonces no podremos continuar con un sistema económico basado en el crecimiento, y eso es lo que está en la base de todos los problemas. De ahí vienen también todos los problemas medioambientales. Técnicamente sabemos qué deberíamos hacer para mantener lo que nos importa realmente. Lo que no sabemos técnicamente es qué hacer para mantener este sistema capitalista basado en el crecimiento infinito.