El pasado fin de semana, el último de marzo de 2025, una cuadrilla de lectoras y lectores de Javier Ortiz nos juntamos en Barcelona. La mayoría nos conocimos hace casi 25 años, aunque también había varias personas que se fueron sumando después.
Javier Ortiz oroitzen Bartzelonan, apunte hau euskaraz
La parte más liosa de la organización quedó en manos de Felip, con la ayuda de su escudero Pako.
Quienes no vivíamos en Barcelona, pillamos habitación en Martí-Codolar. Lluís Martí-Codolar fue un adinerado barcelonés que, entre otras cosas, puso en marcha el Zoo de la capital catalana.
La primera visita que organizó Felip fue el viernes por la tarde: conocimos la réplica del Pabellón Republicano español que estuvo en la Expo Universal de París de 1937. Se levantó en Barcelona con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992.
La web del Pavelló da la posibilidad de hacer dos tipos de visitas. Una, los fondos históricos de la biblioteca de la mano de una bibliotecaria de la Universitat de Barcelona. Dos, la visita arquitectónica al edificio propiamente dicha la hizo una arquitecta del colectivo El Globus Vermell. Muy recomendables ambas.
Entre los fondos históricos nos mostraron varias publicaciones del Movimiento Comunista. Casualmente, vimos un artículo que Javier Ortiz firmó como Fermín Ibáñez.
Luego cenamos en Horta, a tiro de piedra del alojamiento. Fue agradable conocer a F y a su hija H. Ambas son afganas y llegaron a Cataluña en diciembre de 2021, huyendo, respectivamente, de su violento marido y padre.
El sábado por la mañana nos fuimos a ver la Cárcel Modelo de Barcelona. Cerrada en 2017, está abierta al público desde el 2018. Nosotros fuimos por nuestra cuenta, pero nos encontramos con mucha gente y, al menos, tres grupos guiados. Se puede reservar plaza gratuitamente y abre solo los fines de semana, de viernes a domingo.
Lo que más me impresionó fue el espacio donde ejecutaron por medio de garrote vil a Salvador Puig Antich el 2 de marzo de 1974. Había un cartel que decía que era la paquetería del centro penitenciario.
En una de las galerías, había montada una exposición temporal. En una celda, formando parte de la muestra, una toga de un magistrado del Tribunal de Orden Público, judicatura excepcional que cedió el testigo al día siguiente a la Audiencia Nacional en enero de 1977.
Además de ver la biblioteca o la barbería del centro, también me dejó de aquella manera el letrero de un espacio que decía Metadona.
Felip reservó sitio para comer unos calçots. No olvidaré que, gracias a este encuentro, los comí por vez primera.
Esa mañana pudimos estar con Malalai Joya. La política y activista afgana escapó de los talibanes en agosto de 2021. La conocí gracias a esta columna de Ortiz: Malalai Joya. Cuando tenía 29 años, en 2003, hizo esto en la Loya Jirga recién creada.
Por la tarde, nos acercamos a la Biblioteca Gabriel García Márquez, que fue designada como la mejor biblioteca pública mundial del año 2023.
Habíamos quedado para cenar y flipamos por el tiempo que costaba pillar un taxi para bajar a una persona con problemas de movilidad. La residencia antes citada está en Horta, a cinco minutos andando del Hospital Vall d´Hebron, y tardamos casi dos horas para que el sábado al atardecer un taxi se acercara a cumplir con su cometido. Y eso porque Felip, que conocía el paño, paró un taxi en la zona donde estábamos y subió con él a Martí-Codolar.
La mayoría se despidió durante la mañana del domingo, pero algunas nos quedamos hasta el lunes.
Gracias a Pako aprovechamos para ver exteriormente una Sagrada Familia atestada de turistas. Cerca de esta obra del Escorial de los siglos XX y XXI, nos tomamos un aperitivo para despedir un bar que echaba la persiana a finales de marzo.
Pako nos llevó a la biblioteca municipal de la Sagrada Familia. Y es que Pako y Felip son bibliotecarios.
Comimos cerca de Sants y nos despedimos hasta la próxima vez si no es antes, que decía un compañero de estudios.