Pedro Berregui Ormazabal, in memoriam

El 18 de junio, domingo por la tarde, murió Pedro. Le faltaban 3 meses para cumplir 60 años.

Dicen que elegimos a nuestras amistades, pero también es verdad que va subiendo y bajando gente de ese carro que, en el mejor de los casos, uno consigue manejar.

Pedro Berregui Ormazabal, in memoriam. Apunte hau euskaraz.

Artikutza taberna

En el barrio tenemos un bar al que en casa le llamamos la sede o la central. Su nombre oficial es Artikutza y está situado en Benta Berri, San Sebastián.

Abro paréntesis. Llevo ya 26 años en el Antiguo, 19 de ellos en Benta Berri. Cierro paréntesis.

Alrededor del Artikutza hay unas 500 viviendas de protección oficial. O algo así, porque detrás de ese carácter público está Blackstone (lo conté en el apunte Desahucios en San Sebastián).

La cosa es que comencé a frecuentar el bar. Tiene casi dieciséis años y no recuerdo exactamente cuándo me dejé caer por allá.

Poco a poco fui haciendo migas y una cuadrilla con peña del bar.

Creo que la entrada fue a través de Iñaki. Luego Txomin, Bea, Alberto, Helena, Edurne, Maider, Manel, Mirel, Jordi, Yixi, Txema, Larrea, Rojo, Maite, Juanjo, Faus, Luis, Josei, Ketxus, Janet, Juanpa, Lurdes, Itzi, Idoia….. y algunos satélites más.

Y nuestro querido Pedro. Así como su mujer, Olga.

Actualización: cuando anoche escribí estas líneas, daba por descontado que un bar es también la gente que está al otro lado de la barra, pero no lo dije: Jaime, Julen, Pedro, Diego, Sara, Doru, Kiu, Oksana, etcétera.

Pedro

Recuerdo dos momentos:

• Baga. En el primer Euskaraldia, en noviembre de 2018, aparecí por la central con una chapa ahobizi. Pedro decidió ser belarriprest. Es lo que tiene registrada mi memoria, pero puede que no fuera así. Lo que sí pasó es que poco a poco comenzamos a hablar en euskera entre nosotros.
• Biga. Cuando, debido a la pandemia, apenas había planes mejores que pasear por los alrededores de tu casa, me dio por eso. En solitario durante el 2020, acompañado a comienzos de 2021. Primero con Edorta, luego también con Pedro.
• Caminamos bastante por Igeldo, Igara, Miramon. De vez en cuando hacia Usurbil, Zubieta, Lasarte, Pasaia, Lezo. Y alguna que otra vez por Jaizkibel, Endarlatsa y Arizkun.
• Creamos un grupo de mensajería llamado Everest. Andábamos a gusto los tres, a veces solamente dos, otras veces con gente que se animó en algún momento concreto como Olga, Jordi y Xabi.

Y ahora ha llegado el momento de despedir a Pedro. Desgraciadamente, a través de un mensaje escrito en una pantalla telefónica.

Ha sido un realista de tomo y lomo (le recuerdo sonreír, tratando de esconder el gesto de dolor, feliz por la clasificación de la Real a Champions el domingo 28 de mayo).

Tenía devoción por sus hijos Diego y, sobre todo, Paula. Y como esta era más de la Real que su padre, fueron juntos de vacaciones a Cádiz el verano pasado. Aprovecharon su estancia para ver un partido de los txuri-urdin contra el equipo local. Y luego vinieron más felices que dos perdices.

Los problemas de salud comenzaron después del verano. Sufrió una dura operación en otoño, pero se repuso con la positividad que le caracterizaba. Porque su energía solamente la superaban sus ganas de hablar. Guiño-guiño.

Pasó el invierno y, cuando pensábamos que la primavera era época de celebraciones, los dolores comenzaron a molestarlo más de la cuenta después de Semana Santa.

Se ha ido dignamente. Es fácil decirlo, y queda muy bien, pero en este caso ha sido así. Y se ha ido dignamente en uno de los momentos más importantes de la vida de una persona: el momento de morir. Ha podido organizar las cosas, y también ha podido despedirse.

Ahora tenemos el problema de ver cómo rellenamos el vacío que nos ha dejado.

Olga, estoy helado.

Un abrazo para todo el mundo. Besos para Paula el día de su 24 cumpleaños.

Subamos la temperatura y tratemos de reconfortarnos al calor de esta canción de Verde Prato. Es una versión de la canción Agurra, de Lourdes Iriondo.