Si no te gusta Fermin Muguruza, no sigas leyendo.
Las y los seguidores del músico irundarra más cercanos a su lugar de nacimiento teníamos cita ayer, 17 de diciembre, en la sala Atabal de Biarritz. A las 19:00 horas, Iñigoren Diszipuloak. A las 20:00, Fermin Muguruza. Era un día especial: 1984-2024, el inicio de la gira de celebración de sus 40 años en escena.
¿Por qué precisamente ese día? Muy sencillo: porque ayer habría cumplido 60 años su hermano Iñigo Muguruza, fallecido el 5 de septiembre de 2019. Y quienes le seguimos ya sabemos que a Fermin le gustan las efemérides.
Lehoi asmatikoa indartsu, testu hau euskaraz
Cogí el coche en Donostia a las cinco de la tarde. Hice tres paradas en Irun. La primera en casa de mi hermano: tenía que recoger a Mañu y a Oier. La segunda: Iontxu. La tercera, ya casi en el puente de Santiago: Iñaki.
Cruzamos la frontera con el coche lleno y pusimos rumbo a Biarritz. Llegamos a Atabal a eso de las seis y media. Conseguimos aparcar bastante rápido y muy cerca.
Había estado allí hace unos 20 años, casualmente con Fermin, para ver el concierto de un grupo jamaicano que ahora no recuerdo. Ya entonces me pareció una sala coqueta, con capacidad para 700 personas. Ayer lo volví a corroborar. En mi primera visita, no se podía fumar en la sala. Los supuestos listos del sur (de Euskal Herria), como tantas veces, llegamos tarde a la hora de tomar una medida tan sana y saludable para todo el mundo.
Abro paréntesis. Nota mental: debería ir mucho más a Atabal. Cierro paréntesis.
Nada más entrar al edificio, saludé a un montón de viejos y no tan viejos conocidos: la primera Jone, luego al fotógrafo Ikor Kotx (más tarde estuve con otros dos: Foteropanico y Gari Garaialde). Luego perdí la pista del número de peña que saludé: Gorka, Goiatz, Unai, Karmele, Jabiolo, Carlos, Xabi, Zakili, Jitu, Cristina, Asier, Beñat, Txap…
El grupo Iñigoren Diszipuloak, formado por alumnos suyos, comenzó puntual. Si no entendí mal, cinco músicos se juntaron hace un año para inaugurar el mural en homenaje a Iñigo que realizaron en Mosku. En el Atabal se juntó también Ane Garcia (Lurra, Mejillon Tigre). Durante unos 40 minutos, hicieron un homenaje muy digno a su profe. Afortunadamente, 40 años no han pasado en balde y la hornada de músicas y músicos jóvenes de hoy en día tiene más cultura y dotes artísticas que la inmensa mayoría de quienes empuñaron instrumentos allá por la década de los 80 del siglo pasado. Aquellos eran tiempos de urgencias creativas y poca formación.
El plato principal se servía a las ocho de la noche. También fue puntual el momento en el que los nueve músicos y músicas que forman la banda aparecieron en escena. Y las dos horas y tres cuartos comenzaron con el recuerdo al pueblo mapuche. Fermin ocupó la parte central del escenario en el segundo tema. Apareció con una camisa negra de manga corta, delgado, erguido, atento y muy concentrado.
La banda se dividió en dos quintetos: atrás, a nuestra izquierda, la ya tradicional sección de viento (Jon Elizalde, Aritz Lonbide e Igor Ruiz Fino); en el centro, la batería Gloria Maurel (Micaela Chalmeta Big Band); a la derecha, el percusionista Gerard Chalart 58 (Manu Chao, entre otros).
En primera línea, a la izquierda, el trikitilari Xabi Solano (acordeón diatónico) y a la derecha el bajista cubano Víctor Navarrete. A ambos lados de Fermin, haciendo un triángulo con la batería, las voces: la guitarrista Lide Hernando (Liher, Bele) y Miryam Matah.
Que no se me olvide tampoco que detrás había una pantalla en la que se proyectaban, casi continuamente, vídeos e imágenes.
No apunté nada y es difícil recordar tamaño número de canciones, algo que nunca ha sido mi fuerte, pero hubo tiempo para Manolo Rastaman (si no recuerdo mal, la primera de los hermanos Muguruza), Hay algo aquí que va mal, Bidasoa fundamentalista, Zenbat polizia bazter guztietan, Korrika y Big Beñat, Ulrike Meinhof, recuerdos reivindicativos de Palestina y Kurdistán, etcétera, etcétera.
Casi al final, hubo dos parones, para los bises. Aprovechó para presentar a la banda y a la FM Crew, dando a cada cual su tiempo. Tras el segundo parón, fue el turno de Sarri, Sarri, acompañado en escena por los hijos de Iñigo, así como varios discípulos y un par de miembros de Bad Sound System. Cerró con Hator hator, un recordatorio para que las presas y los presos vuelvan a casa y una especie de himno para derribar las prisiones.
Las próximas dos citas son en Bilbao, en el Bilbao Arena concretamente, los días 20 y 21 de diciembre. En enero, la banda sale al mundo. He contado 26 bolos hasta la despedida el 4 de octubre en Pamplona.
Está en buena forma el león asmático. Si te gusta su trayectoria, creo que lo estarás muy a gusto viéndole otra vez en escena. Si no eres nada ferminista, ya he escrito al comienzo que no tenías que leer esto: no parece que su adiós esté cerca.