El concierto estaba previsto a las ocho y media y Robert Forster apareció un rato después encima del escenario del Dabadaba. Dejó a un lado la funda de la guitarra, la abrió, sacó el instrumento y comenzó a probar ante la audiencia allí reunida.
Forster jauna, apunte hau euskaraz
Nacido hace 66 años en Brisbane (Australia), se mostró simpático y amable todo el rato. Cara de cansado, alto y delgado, pantalones de pana, un polo de manga larga y una chaqueta fina, formando todo ello un atuendo más otoñal que primaveral. Tocó un tema después de pedir que apagaran el aire acondicionado.
No conozco el repertorio de Forster, porque he seguido su carrera estos últimos años (sobre todo el disco Inferno). Y a mí me cuesta retener en la memoria las canciones escuchadas en el siglo XXI.
Sé que fue miembro fundador de The Go-Betweens, banda australiana surgida en la segunda parte de la década de 1970. Pero he tenido que mirar en Wikipedia para saber que el grupo tuvo dos periodos activos: tras el parón de los años 90, momento que aprovecharon Grant McLennan y el propio Forster para grabar varios discos en solitario, se juntaron a comienzos de este siglo hasta que en el 2006 falleció Grant.
Tras la prueba, nos dijo que volvía en siete minutos. No fueron siete, sino diez. Y allí apareció dispuesto a enseñarnos un puñado de temas de su cancionero.
Estaba en segunda fila, porque cuando entré en la sala vi a unos amigos en primera fila. Y allí me quedé la hora y media que duró la actuación.
Se quitó la chaqueta y la tiró al suelo de una mesa alta que tenía a su izquierda. Allí seguía al final del bolo. Encima de la mesa una botella de agua y un café, más un par de cervezas sin alcohol (pronúnciese sinalcojol) que pidió para seguir tocando.
Una persona le pidió Surfing Magazines, canción de Go-Betweens, e intentó retener en la memoria la playa de Mundaka. No sé si ha tenido tiempo de visitarla.
Me sonaba su cara, pero no sabía por qué. Hasta que me recordó a mi tío Periko, fallecido el pasado año. Y me pasé buena parte del concierto mirándole como si fuera mi tío.
Compré la entrada ayer mismo al mediodía. Entre otras cosas porque vi que vendría a tocar acompañado de su guitarra. Que cada cual haga lo que quiera, pero ahora mismo estoy más a gusto oyendo esta imperfección acústica cercana en estos tiempos de perfección lejana y sin alma.
P.S. La gira ha pasado por Londres. Os dejo este vídeo grabado por un asistente uno de los conciertos londinenses. Podéis comprobar en su canal que colgó varios de ese día