De joven no pude hacerme un Interrail y ahora, talludito ya, es cuando me ha llegado la oportunidad. Nos hemos movido un par de semanas en tren por diferentes países europeos con cuatro paradas: París, Berlín, Praga y Salzburgo.
Bi asteko Interrail-a, testu hau euskaraz.
Cada vez me gustan menos los aeropuertos y todo lo que les rodea y, por ello, esta vez hemos viajado en tren, un transporte que funciona muy bien por Europa.
Fue en julio cuando empecé a buscar información. Nada más ponerme a ellos encontré estas tres webs:
1.- Me pareció muy práctico el blog Mi viaje por el mundo. Conviene tener en cuenta que está hecho por una persona no europea (creo que latinoamericana) y que está pensado para gente que tiene menos experiencia que nosotros en viajes largos por este continente.
2.- Interrail: te haces un primer plan de tu viaje (cuántos días y cuántas ciudades) y la web te dice cuál es la mejor opción para ti. Conviene tener en cuenta que estos pases no son utilizables en tu estado, pero los vascos cercanos a la frontera del Bidasoa tenemos en este caso la ventaja de que lo podemos utilizar a partir de Hendaia.
Una cosa más: los europeos tenemos Interrail y los turistas foráneos Eurail.
3.- Rail planner: tras decidir cuál sería el viaje, compramos un Global Pass para poder utilizarlo en diversos países. Te descargas la aplicación en tu teléfono e instalas el pase en tu cuenta. La web nos sugirió un pase de 7 días: es decir, durante siete días de un mes puedes tomar los trenes que desees, siempre y cuando sean compañías estatales (Renfe, SNCF, etcétera).
Hay que tener en cuenta que algunos viajes (de Hendaia a París, de París a Hendaia, de París a Berlín…) tienen un sobrecoste: hay que pagar de 10 a 14 euros para reservar sitios. En el resto de los trenes, no tienes sitio reservado. De hecho, nos ha pasado más de una vez que ha venido alguien a decirnos que ese sitio era suyo. Te levantas, miras qué otras plazas hay libres y listo.
Dos personas nos hemos gastado algo menos de 800 euros para este viaje (el denominado Global Pass de 7 días).
Y no necesitas mucho más.
Bueno, obviamente necesitas dinero y no ser migrante sin papeles, porque estas personas tienen todos los problemas de mundo para cruzar las fronteras.
París
Del 21 al 24 de septiembre, 4 noches en la capital del país que estaba viviendo el Mundial de Rugby. Y recordad que durante el verano de 2024 será sede de los Juegos Olímpicos. Por ello, y por otras razones, es caro alojarse en esa ciudad.
Cinco visitas a tener en cuenta:
1.- Nos topamos el Museo de la Moda de París, dirigido por Miren Arzalluz, cerca de la torre Eiffel. Y tiramos para dentro, tras pagar una entrada de 12 euros. Tenéis la oportunidad de ver la exposición La mode en mouvement, comisariada por la propia directora, hasta septiembre de 2025. Cuenta de una manera entretenida, y agrupada por décadas, la evolución de la moda desde finales del XIX hasta nuestros tiempos. Me sobra el vídeo en bucle de los raperos de Run DMC, porque se hace pesado escuchar la canción tantas veces seguidas.
2.- Tras el incendio de 2019, Notre-Dame está cerrado y en obras. Pretenden abrirla en 2024. Pero hay unas gradas fuera y se está muy bien mirando lo que pasa.
3.- Tras subir a Sacré-Coeur, nos encontramos con una manifestación colorida en los alrededores del famoso Moulin Rouge: manifestación a favor de las libertades públicas y contra el racismo policial y sistémico.
4.- La visita que más me gustó fue la del Pantheon (entrada 15 euros): reúne en diversas criptas los restos mortales de unos 100 prohombres del estado francés durante los últimos 250 años. La mayoría son prohombres, porque sólo hay 6 promujeres (entre ellas la última en acceder al recinto, Simone Veil). Y me gustó sobre todo la vista panorámica, con un buen número de edificios parisinos marcados en el plano, muy interesante para hacerte una idea de la ciudad monumental. Fuimos el domingo al mediodía y no había mucha gente, lo cual fue de agradecer.
5.- Institut du Monde Arabe: excursión del domingo por la tarde. Desde la primera visita a la ciudad, o la segunda, es un sitio que me gusta mucho. Nos encontramos con esta exposición: Ce que la Palestine apporte au monde (10 euros la entrada). Dividida en tres partes: trabajos de artistas internacionales del Museo palestino de arte moderno y contemporáneo, trabajos de artistas de Gaza (en esa tierra no hay museos) y la maleta de papeles que el intelectual francés Jean Genet dejó en manos de su abogado Roland Dumas poco antes de morir. En una de las salas, hay una proyección con el texto leído por el poeta Mahmud Darwish en 1983 en Argelia en el seno del Consejo Nacional Palestino.
Berlín
Entre París y Berlín, hay más de 1 000 kilómetros. Salimos de la Gare de L’Est a eso de las 9 de la mañana, llegamos a Frankfurt a las 13:00 horas. 20 minutos para cambiar de convoy camino de Erfut (llegamos a las 15:30) y tercer tren del día para llegar a la estación central de Berlín a las 17:45. Cuatro noches del 25 al 28 de septiembre.
La ciudad me encantó.
1.- Pergamon Museum (12 euros la entrada): cuando fuimos por vez primera a Berlín, lo visitamos, y esta vez también tocaba. Cierra en octubre para hacer unas reformas (si no entendí mal, para eliminar los obstáculos de acceso a las personas con movilidad reducida). El día 26 por la tarde vimos las tres colecciones principales.
2.- Esa misma mañana también nos acercamos al Monumento del holocausto. No lo pillé del todo.
3.- Y el día 27 visitamos el campo de concentración de Sachsenhausen. A algo más de una hora de Berlín, le dedicamos tres horas por la mañana. No había estado nunca en un lugar así y es obvio que te produce escalofríos la maquinaria nazi. Más cuando la visita coincide con varias excursiones escolares de adolescentes. Además, el campo tuvo también su prolongación macabra de 1945 a 1950 como campo especial de la NKVD soviética. Hay también una exposición sobre ese periodo.
Nosotros no cogimos una visita guiada (en Internet tienes varias opciones particulares). La entrada es gratuita y las audio-guías cuestan 3,5 euros (hay en castellano). Además, hay paneles explicativos por doquier.
4.- DDR Museum (13,5 euros): un museo donde puedes tocar las cosas y te da una pista de la vida cotidiana en la Alemania del Este.
5.- Fernsehturm o la Torre de la Televisión (dos entradas a 51 euros): es algo parecido a la vista panorámica del Pantheon parisino y te permite conocer Berlín desde una buena atalaya. Hay señalados más de 200 edificios en los mapas.
6.- East Side Gallery: cuando el muro cae en 1989, hubo una zona donde ciudadanos y artistas hicieron dibujos, graffitis y demás. Fue reconstruida en el 2009. Por lo que escuché, tiene pinta de que es un lugar apropiado para la especulación y tiene pinta de que será trasladado.
Praga
A eso de las 9:00 de la mañana del 29 de septiembre nos subimos a un tren y llegamos pasadas las 13:30 a la estación central de Praga. Mi primera vez en Chequia. Tres noches, hasta el 1 de octubre.
1.- Ir allí y no subir al Castillo de Praga (18 euros) debe de ser pecado. Más que un castillo, es una fortaleza con varios edificios. Era fin de semana y estaba petado. Subiendo o bajando, seguro que pasas por el Puente Carlos.
2.- También nos subimos a la Casa Danzante, codiseñada por Frank Gehry. Te dejan subir gratis si te tomas un trago arriba. Como el tiempo acompañaba, subimos para estar un rato viendo qué se veía.
3.- Un buen número de turistas como nosotros tratando de ver qué pasaba a las horas exactas en el Reloj astronómico. Tened en cuenta que los bares y restaurantes cercanos son más caros que el resto (y a veces te puedes liar con las coronas checas, aunque pagues con tarjeta).
4.- No pudo ser el sábado (sabbat), ni el domingo, porque ambos días el barrio judío estaba cerrado. Y tiramos para el Museo Franz Kafka (11 euros) el domingo por la mañana. Es lo que más me gustó de todo Praga, muy bien explicada la obra y la vida del escritor checo.
Salzburgo
Me da que quienes me conocéis no os lo creeréis, pero a comienzos de septiembre no tenía la menor intención de acompañar a la Real en algún desplazamiento durante la fase de grupos de la Champions League. Pero el 2 y 3 de octubre teníamos la intención de ir a Linz, porque lo habíamos previsto así. Ya en París, pensé que no estaría a hora y media de Salzburgo viendo el partido en un teléfono chungo. Cambiamos los planes. ¡Y menos mal!
A las 10:20 del 2 de octubre partimos de Praga y llegamos a la ciudad natal de Mozart sobre las 16:00 horas, tras cambiar de tren en Linz.
1.- El día 3 por la mañana visitamos la casa natal de Mozart. Muy recomendable. No sabía que este hombre hubiera viajado tanto. Murió con 35 años y se pasó casi un tercio de su vida (más de 10 años) de gira, que ríete tú de la gira permanente de Dylan en las condiciones de entonces. Todo ello, encima, para dejar una obra magna.
2.- Y tras la comida, nos enfocamos de cara al partido de la Real contra el RB Salzburg. No soy yo muy partidario de la filosofía Red Bull, pero hay que reconocer que tanto el club como la afición nos trató de maravilla. Y qué más se puede decir después de ganar 0-2, tras una primera parte magnífica.
El día 4 nos fuimos a Mannheim, tras escala breve en Munich. Fue el único trayecto que hicimos con retraso, 45 minutos. Luego pensé que habría sido mejor alargar un poco más hasta Estrasburgo, ciudad que no conozco.
El día 5 hicimos tres horas hasta París. Pasamos en media hora (20 minutos en metro y 10 a pata) de la Gare de L’Est a Montparnasse y enlazamos con un tren a las 12:10 que nos dejó en Hendaya a las 17:00 horas. Pillamos el topo y a las 18:00 estábamos en casa (Benta Berri, Donostia).
Solamente cabe decir que esta experiencia ha agrandado mis ganas de viajar en tren.