Martxelo Otamendi cerró ayer un ciclo de 30 años como director de Euskaldunon Egunkaria, primero, y de Berria, después. En un acto público que tuvo lugar en Tabakalera cedió el testigo a Amagoia Mujika Toleratxipi.
Según la crónica que Mikel Elkoroberezibar Beloki firma en Berria, fuimos 600 las personas que nos juntamos ayer en Tabakalera.
600 personas y un rayo.
El acto comenzaba a las 18:00 horas, pero nos habían convocado media hora antes.
Edurne Azkarate fue la maestra de ceremonias. Tras las palabras de bienvenida, cedió el micrófono a Beatriz Zabalondo, presidenta del Consejo de Administración del diario.
Martxelo fue recibido entre aplausos y recordó a bastantes personas. También pidió perdón por haber estado ciego ante el feminismo. Es decir, por no darse cuenta a tiempo de que siempre eran hombres los elegidos para los diversos cargos de la estructura.
Esa fue su primera autocrítica. La segunda fue por haber pasado marrones a determinados compañeros y compañeras. Es decir, porque quizá no los puso donde se merecían, sino donde él o el periódico los necesitaban.
Reconoció en inglés el trabajo de los integrantes de la asociación MIDAS, sobre todo con el cierre de Euskaldunon Egunkaria (previamente se había dirigido al público la presidenta Edita Slezakova). Tuvo también palabras de agradecimiento en catalán para las personas que habían venido desde Cataluña. Citó a cuatro, sólo me quede con el nombre de tres: Vicent Partal, David Fernàndez y Mònica Terribas.
En castellano se acordó de varios amigos de Madrid, y puso énfasis en que hay otro Madrid además del oficial.
Amagoia citó como referentes a su madre y a su tía, Miren y Begoña Tolaretxipi. No se olvidó de Martin Ugalde, ni tampoco de Martxelo («La inteligencia artificial difícilmente nos daría la sabiduría que tiene Martxelo»).
Mientras tres miembros de Ibil Bedi cantaban en el balcón, vino el rayo y se fue la corriente eléctrica.
Los navarros salieron con naturalidad del brete y añadieron una segunda canción, interpretada a capella por las dos chicas del grupo, mientras los técnicos trataban de solucionar los problemas provocados por el rayo.
Había dos pantallas en el recinto, y no pudieron arrancar una de ellas. Lástima, porque ello impidió que se proyectaran los vídeos preparados para las transiciones.
Las bertsolaris Ane Labaka e Nerea Ibarzabal cantaron varios bertsos, y toda la formación de Ibil Bedi se subió al escenario un par de veces.
Lo mismo hicieron varias periodistas y trabajadoras de Berria (Maite Asensio Lozano, Uxue Rey Gorraiz y Ainara Lasa), así como tres jóvenes suscriptoras del periódico (habló Lohizune Telletxea).
Con la nueva directora aparecieron en el tablado un buen número de trabajadoras y trabajadores del periódico y así se remató el acto público.
Pudimos degustar vino de Biba Ardoak y queso de no sé qué productores. Y mientras comíamos y bebíamos, saludé a varios amigos y conocidos: Teketen, David Fernàndez, Joxe Aranzabal, Bego, Maite Goñi y Rementeria, Luistxo, Jabi Zabala…
No son tiempos fáciles estos, pero habrá que levantar la cabeza y mirar para adelante. En eso está también Berria.
Agur, Martxelo. Kaixo, Amagoia. Lerro hauek euskaraz.